Selección de búfalos
Selección de búfalos
Hasta la fecha, los objetivos de selección del búfalo Mediterráneo Italiano se han orientado a la búsqueda de animales de buen tamaño, con una estructura y constitución sólidas, una conformación correcta, precoces para el desarrollo y la productividad, longevos, fértiles, con una alta producción y una calidad constante a lo largo del tiempo.
Para satisfacer estas necesidades y reducir los costos de gestión y producción, la morfología funcional desempeña un papel importante; los animales estructurados con extremidades fuertes y ubres bien formadas podrán soportar adecuadamente producciones importantes y permanecer en la cría durante varios años.
Para lograr este objetivo, se realiza una evaluación morfológica con una puntuación de 0 a 100, que consiste en ubre, extremidades y pezuñas, estructura y potencial de producción. Cada parcial tiene su propio peso del que se deriva el cálculo de la puntuación final:
• 40% del APARATO MAMARIO parcial (ubre productiva y funcional)
• 25% de ARTICULACIONES Y PEZUÑAS parciales (altura del talón, fuerza de los grilletes, ángulo del corvejón)
• 20% de la POTENCIALIDAD PRODUCTIVA parcial (funcionalidad del animal para los caracteres de la leche y la capacidad corporal)
• 15% de la ESTRUCTURA parcial (grupa, línea dorsal características de la raza)
Estas evaluaciones se añaden a los índices de producción y son una herramienta válida para la selección; ayudan a optimizar el uso de los reproductores en los planes de acoplamiento para lograr los objetivos elegidos por cada empresa.
La mejora genética es una tecnología eficaz que produce cambios permanentes y acumulativos en el rendimiento de una raza. Con respecto a esto, el búfalo fue seleccionado principalmente por sus características de producción de leche.
La selección genética en búfalos se ve obstaculizada por la falta de información genealógica, la difícil implementación de la recopilación de datos o el rendimiento reproductivo deficiente. En consecuencia, el potencial del búfalo no se ha explotado plenamente.
La Búfala Mediterránea Italiana puede considerarse la única raza en el mundo con un programa genético confiable implementado hace más de 20 años. La introducción de la genómica ha revolucionado sin duda la selección genética de los animales de explotación, pero su aplicación no ha sido homogénea entre las diferentes especies. Esto se debe a varios aspectos, como la estructura de la población, el uso generalizado de la inseminación artificial, la disponibilidad de fenotipos precisos.
Pero hoy en día, gracias a la transición a la genómica, se dispone de algoritmos muy robustos y adecuados para situaciones muy heterogéneas, como las registradas en la población bufalina, que permiten identificar mejor a los animales y entender cuáles son realmente diferentes de la media de población. Todo esto hace que se pueda estimar el valor genético del animal ya desde el nacimiento, determinando así una sustancial reducción del intervalo generacional.
Las correlaciones entre los índices, tanto para los machos como para las hembras, resultaron altas, en primer lugar, con respecto a la producción. La aplicación de este modelo para la búfala Mediterránea Italiana ha favorecido el nacimiento del Índice Genómico de Primera Generación en la IBMI. Sin embargo, el nuevo cálculo requiere el ajuste de los coeficientes utilizados para calcular la fórmula del IgBMI, esto en virtud de las diferentes variaciones de los índices genómicos.
La nueva fórmula pasa a ser:
IgBMI = 100 + 3.7 * (0.98*ARTP + 1.52*AM + 0.01*LECHE kg + 5.08*Grasa% + 19.34*Proteína%).
ARTP: aplomos y pezuñas
AM: aparato mamario
PQRS: ricardoboteroj@gmail.com
Fuente: Centro Tori Chiacchierini