Salas de ordeño
Es importante tener una sala de ordeño que garantice tanto la comodidad y seguridad de lo operarios como ell bienestar de las búfalas y sus crías.
SALAS DE ORDEÑO
Las salas de ordeño para búfalas son fundamentales para una producción lechera eficiente y de calidad. Aunque las búfalas son animales dóciles, requieren consideraciones específicas en el diseño y manejo de estas instalaciones debido a su tamaño y particularidades.
Tipos de salas de ordeño para búfalas:
Al igual que en el ganado vacuno, existen varios tipos de salas de ordeño que se adaptan a diferentes tamaños de rebaños y niveles de tecnificación:
Tándem: Las búfalas se ubican una detrás de otra. Permite un ordeño más lento y una inspección individual minuciosa de cada animal. El acceso del operario a la ubre es lateral.
Espina de pescado: Las búfalas se colocan en diagonal respecto al foso donde se ubica el operario. Facilita la entrada y salida, pero ocupa más espacio por puesto. El acceso a la ubre también es lateral. Fue muy usado, pero las explotaciones más grandes buscan mejor aprovechamiento del espacio.
Paralela: Una evolución de la espina de pescado, donde las búfalas se colocan una al lado de la otra. Permite maximizar el número de animales por turno de ordeño, ahorrando espacio. El acceso del operario a la ubre es desde atrás. Requiere un manejo más cuidadoso para la entrada y salida de los animales, a menudo con el uso de alimento.
Rotativas: Las búfalas ingresan a una plataforma giratoria y son ordeñadas a medida que esta se mueve. Son ideales para grandes rebaños, ofreciendo alta eficiencia.
Automatizadas/Robóticas: Utilizan brazos robóticos para el ordeño, optimizando la mano de obra y la eficiencia. Son soluciones avanzadas para una producción totalmente automatizada.
Consideraciones clave en el diseño y manejo:
Dimensiones y accesos: Los pasillos de entrada y salida deben ser amplios, sin giros bruscos y bien iluminados para permitir el desplazamiento cómodo de las búfalas, que son animales voluminosos. Los suelos deben ser antideslizantes (caucho u otros materiales) para evitar accidentes. Se recomienda que los pasillos tengan entre 90 cm y 1 metro de ancho.
Higiene: Las salas deben ser techadas, con buena iluminación (luz fría) y con pisos de cemento para facilitar la limpieza y mantener condiciones sanitarias óptimas. Es fundamental un riguroso proceso de aseo antes, durante y después del ordeño, incluyendo el lavado de las búfalas y la limpieza de los equipos.
Bienestar animal: Las búfalas son animales dóciles, pero sensibles al estrés. El ambiente de la sala de ordeño debe ser tranquilo y agradable, evitando gritos, atropellos o el uso de piques eléctricos.
Apoyo del bucerro: En algunos sistemas, especialmente en explotaciones más pequeñas o tradicionales, se permite que el bucerro esté presente durante el ordeño para estimular la bajada de la leche. Sin embargo, los sistemas modernos buscan el ordeño sin bucerro al pie.
Equipos de ordeño: Los equipos de ordeño mecánico para búfalas no difieren mucho de los utilizados para vacas, pero deben tener una presión específica en las pezoneras y una bomba de vacío adecuada. La leche debe ir directamente a los tanques de enfriamiento sin contacto con el operario para mantener la higiene.
Pre-ordeño: Es aconsejable bañar a las búfalas antes del ordeño para disminuir su calor corporal y contribuir a la limpieza del animal y la ubre, mejorando la calidad de la leche.
Control y monitoreo: Las salas modernas permiten el control de la producción individual de cada búfala, incluso de forma automatizada, lo que facilita la toma de decisiones y la gestión del rebaño.
Seguridad: Las divisiones en la sala de ordeño deben ser robustas (madera o metal), evitando el alambre de púas o sistemas eléctricos que puedan lastimar a los animales.
La elección de la sala de ordeño y su diseño dependerán del tamaño de la explotación, el presupuesto y el nivel de tecnificación deseado, siempre priorizando el bienestar animal, la eficiencia en el ordeño y la calidad de la leche.
1. Prevención de Mastitis:
- Desinfección de pezones (Post-dipping): Es la medida más efectiva. Inmediatamente después del ordeño, los pezones deben ser sumergidos o rociados con una solución desinfectante. Esto ayuda a reducir la contaminación bacteriana, promueve la cicatrización de posibles lesiones en el pezón y previene el crecimiento de patógenos en los conductos del pezón, que permanecen abiertos durante un tiempo después del ordeño (hasta media hora). Las soluciones comunes incluyen hipoclorito, yodóforos y clorhexidina. Es recomendable que la solución contenga un lubricante (como glicerol) para mantener la condición de la piel del pezón y prevenir grietas.
- Higiene del ambiente: Las búfalas suelen acostarse poco después del ordeño, lo que, con el esfínter del pezón aún abierto, favorece la entrada de bacterias del ambiente y aumenta el riesgo de mastitis ambiental. Es fundamental proporcionar camas limpias y secas, reponiendo el material frecuentemente (preferiblemente a diario).
- Evitar que se acuesten inmediatamente: Se puede lograr ofreciéndoles alimento después del ordeño, lo que las mantendrá de pie durante un tiempo.